Celebrar la maternidad... Es también celebrar la vida

Hoy es un día feliz. Estoy aquí. Estoy con ellos y ellas. Estoy en casa y no en el hospital. Es un día para celebrar la vida que Dios que me ha dado para darles la vida a ellos pero también para vivir la maternidad con todo lo que eso implica.

No sé hacerlo bien, pero sé que lo intento todo. No hago nada excepcional, pero sé que para ellos soy especial. Y eso en mi corazón es suficiente.

Hoy ha sido un día de la madre que apenas va comenzando y ya lo he disfrutado más que muchos otros. Me he disfrutado a mí misma. He dedicado tiempo para abrazarme, para consentirme y para ver a cada uno de mis hijos y sentir una alegría que no puedo describir.

Ser mamá para mí es una de las facetas que más disfruto y que más me retan. Amo verlos crecer, amo ver lo diferentes que son y cómo nos encontramos y des-encontramos también a veces.

Amo mi vida, amo mi familia, amo lo que soy ahora más que lo que era hace unos meses atrás y en gran medida por la motivación que ellos y ellas me han dado con cada uno de sus besitos, de sus abrazos y de sus oraciones, con sus preguntas y sus preocupaciones tan concretas y tan llenas de dulzura.  

Por eso, celebrar éste día, encierra tanto para mi. Me significa también rendir tributo a la mujer más maravillosa que ha podido poner Dios en mi vida. Mi mamita amada. Mi ejemplo de lucha, de tenacidad, de esperanza, de fe, de amor, de donación a sí misma y total entrega.

Hoy mi corazón está lleno de paz y de agradecimiento a Dios. No hay nada más que pudiera pedir en éste día. Nada. 

El regalito de Mati del Kinder