Un poco de mi

Soy una mujer de 35 años, casi 36.  Nací el 30 de mayo de 1981, hija de dos adolescentes de 16 y 17 años, quienes con un poco de inocencia más que de valentía decidieron traerme al mundo. Después de eso, han estado siempre en mi vida. De los dos he aprendido y a los dos los admiro y los amo. Mi madre particularmente ha sido mi ángel de la guarda durante toda mi vida. Es la mujer más luchadora y valiente que conozco. Pero también la más dulce y amorosa, la más comprensiva y no sólo conmigo. En su ADN está el perdón para quienes la rodean y siempre está dispuesta a darse a los demás sin esperar nada a cambio.
Soy hermana, de los dos hombres más adorables del mundo, conmigo, y eso es lo que me interesa.


Estoy casada desde hace once años con un hombre maravilloso. Siempre he dicho que he tenido la suerte de casarme con el amor de mi vida y aunque no lo merezco, él ha estado ahí conmigo y para mí, aún cuando lo esperado era que saliera huyendo.
Soy madre de cuatro, una niña de once años, maravillosa, talentosa y sensible. Como toda adolescente, a veces tiene sus momentos, pero en general es mi compañera y la amo. Tengo otro hijo de seis años que es el cascabelito de la casa. Cuándo él está, todo se llena de una energía intensa. A veces nos sobrepasa a todos, pero eso es lo que lo hace tan único y especial. Siempre pendiente de mi, es un caballerito detallista y amoroso conmigo. El otro niño, de cuatro años es como el remanso de paz, es dulce, tranquilo y apacible...cuando no se enoja. Pero no soporta verme triste porque corre a tratar de remediarlo, lo que logra con sólo una sonrisa o un abrazo. Y la más pequeñita. Un torbellino de pasión. Desde que nació ha mostrado un carácter determinado. Sabe bien lo que quiere con sus dos años y lo defiende. Me recuerda mucho a mí, le encanta que esté con ella aunque no esté haciendo nada en particular.

Soy profesional en Trabajo Social, lo cual marca mi vida desde el comienzo de la carrera, pero ahora sé, que esta profesión ha sido sólo una fase más en mi vida, que si bien me apasiona, no me determina.

Soy amiga. Tengo la dicha de contar con las mejores del mundo. Pero es en serio, son las mejores del mundo. Luego de casi 18 años de conocernos, en ésta etapa de mi vida han estado presentes no sólo para mí, sino también para mis hijos e hijas y eso no tengo como compensarlo. Ellas son las más solidarias y más maravillosas seres humanos que he tenido la bendición de conocer.

También soy sobrina, nieta, tía, prima. En cada una de esas facetas, me gusta pensar que la vida me ha puesto en medio de todas esas personas maravillosas para algo. Todavía estoy descubriendo para qué.




Ahora también soy Paciente de Hematología, tengo cáncer linfático, específicamente un Linforma Difusos de Células Grandes B. Lo que me convierte en una luchadora por la vida. Enfermarme fue una jugada del azar, luchar por mi vida ha sido mi decisión. Intento buscarle lo bueno a lo que pasa, incluso cuando tengo miendo o cuando no me siento bien. A veces no es fácil pero por gracia de Dios lo estoy logrando. No sé si llegue a curarme, pero yo haré lo que esté a mi alcance por defender el bien más preciado que Dios me ha dado.




Pero sobre todo soy una hija de Dios, y eso explica todo lo anterior lleno de tanto amor y bendición.




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